Freddy Faundez es alumno del Magíster en Innovación de la Usach y egresado de Ingeniería de Ejecución en Mecánica de nuestra Universidad. Con reconocimientos por su emprendimiento de eficiencia energética, entre las 500 mejores iniciativas medioambientales de los Premios Latinoamérica Verde, el año pasado fue por más y obtuvo el galardón al mejor proyecto energético del continente.
Freddy es un usachino de corazón y en esta edición conocemos parte de su historia.
¿Cómo nace tu afición por la Ingeniería?`
-Yo quería estudiar astrofísica, pero en esa época no se sabía mucho de las proyecciones de la astronomía en Chile y muy pocas universidades la ofrecían. Por ende, opté por una carrera que fuera más del área científica, más de física que era lo que más me gustaba, pero que tuviera una aplicabilidad importante,así que opté por Ingeniería Mecánica. Estudiaba en el Barros Borgoño y conocíamos mucho a la Universidad de Santiago.
¿De tu familia, eres primera generación en ingresar a la educación superior?
-Si, la primera. Provengo de una familia de clase media. Somos tres hermanos. Di la Prueba de Aptitud Académica el año 2000 y me incliné por la Usach para seguir mis estudios. Lo que más me hizo fijarme en ella, fue la característica de Campus único; su universalidad del conocimiento que genera un enriquecimiento importante en la formación del estudiante. Tuve una Beca de Excelencia en mi ingreso y gané también la Beca Juan Gómez Millas, que me permitió estudiar prácticamente gratis en la Universidad. Durante el primer año, Ciencias Básicas me encantaba y lo único que quería era avanzar un poco más la carrera para vivir ese cruce de alumnos con otras carreras. Los siguientes años comencé a participar de los cursos extra programáticos que eran espectaculares. Terminé, incluso, formando parte de la selección de atletismo de la Usach.
Viviendo en el Hogar de la Universidad
Me imagino que pudiste comprobar también la difícil situación por la que atravesaban otros compañeros…
-De hecho yo terminé viviendo en el Hogar de la Universidad. Fue toda una experiencia. Pasas a ser parte de las vísceras de la Usach. A Amengual con Alameda me iba caminando. Vivíamos en torno al Plantel. Me relacionaba con las selecciones de la Usach que eran puro corazón, porque no había tantos recursos. De lunes a lunes pasaba la noche en el Hogar y tenía una beca de alimentación. Yo cenaba en la Universidad además durante la semana. Pero, el fin de semana, el Hogar nos daba el almuerzo. Varios ahí teníamos trabajos part time y con esos dineros cubríamos las cenas de sábado y domingo. Era “la” relación social que teníamos en ese tiempo porque el día lo pasábamos en función de estudiar y hacer deporte. Estuve 3 de los 4 años de la carrera viviendo en el Hogar.
Sus trabajos y premios
¿A qué te dedicas cuando sales de la Usach?
-Egresé el 2005 y ya trabajaba en temas aeroespaciales .Uno de mis profesores trabajaba en la Fach. Terminé haciendo una tesis de fenómenos aeroespaciales en la Academia Politécnica Aeronáutica. Allí Logré mi primer trabajo. Presenté esa tesis en un Congreso en Buenos Aires y fui parte del Centro de Investigación y Desarrollo de Ciencias Aeroespaciales de la Fuerza Aérea, como ingeniero de proyectos. Luego fui profesor de la Escuela de Aviación y de la Universidad Federico Santa María, en aerodinámica y termodinámica.
Paralelamente, Freddy Faundez comenzó a trabajar en aplicaciones de fluido-dinámica orientado al transporte de carga. El 2007 ganó el Concurso de Innovación en la Usach con un estudio sobre potencialidades de una mejora aerodinámica en un camión y sus efectos en el gasto de combustible. Fueron sus primeros atisbos de estudios de aerodinámica aplicados al transporte.
El 2012 obtuvo el Premio a la Innovación que otorgó CNN Chile, recibiendo una asesoría en patentamiento de ideas, pero su esfuerzo y entusiasmo lo llevó a crear su propia empresa de asesoría, Venti Spa, y generar el primer estudio I+D en Latinoamérica sobre aerodinámica de camiones, inventando una metodología experimental para hacer ensayos a muy bajo costo.“Fuimos los primeros en usar la impresión 3D para prototipos a escala en Chile”, recuerda.
¿Trabajaste también en la Usach?
-Si, fui asesor técnico para el Departamento de Ingeniería Física en un proyecto de contaminación, donde hicimos mediciones a través de un dron. El proyecto duró dos años. Abrimos todo un camino. Terminé trabajando en la implementación del Laboratorio de Prototipado 3D del proyecto Ingeniería 2030. Ese año fui finalista del premio AVONNI y quedé entre los 500 mejores proyectos del Concurso Latinoamérica Verde el 2017, con nuestra iniciativa de eficiencia energética para transporte. Con el anuncio de que la COP25 se haría en Chile, el emprendimiento que llevaba adelante buscaba que el proyecto se transformara en política pública; una gran reforma liderada por el país para implementarse en varios países. El año pasado fui finalista de los Premios Latinoamérica Verde, lo que implicó disputar el premio en Guayaquil dentro de la Categoría Energía con el proyecto Venti que gané. Al regreso nos recibió la ministra Schmidt y el Senado.
¿A la luz de todos estos logros, que significó la Universidad de Santiago para tu labor de docencia y profesional?
-Tengo una foto en la pista del estadio y de fondo el escudo de la Usach. Es icónica, porque justo hace mención a correr tras la búsqueda de nuestros sueños, de nuestras propias metas. Los logros se alcanzan en la medida que uno se esfuerce por ello y ese camino pasa a ser lo que simboliza la Usach. La Universidad recoge a un grupo de estudiantes que muchas veces son los primeros en sus generaciones, ávidos de cambios, de triunfos profesionales y espirituales. La Usach pasa a ser un símbolo de lo noble que puede ser un desafío y orientarse en llegar a cumplir esa meta.
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