Patricio Nayan recuerda sus años de enseñanza media en un colegio municipal de Chiloé. Como muchos jóvenes de la isla que deben emigrar a Valdivia, Temuco, Concepción o Santiago, dejó a su familia y cargado con una maleta de sueños se vino a la capital. Tras rendir la Prueba de Aptitud Académica el 2001, ingresó a la Facultad Tecnológica de la Universidad de Santiago de Chile que reconoce es su alma máter y la Casa de Estudios que lo proyectó como profesional y persona.
Siempre tuvo facilidad para la matemática y quería estudiar Ingeniería, pero al mismo tiempo le gustaba todo lo que tenía que ver con su tierra y el sector rural. La Ingeniería en Agronegocios le permitía trabajar en gestión y con el mundo campesino. Esa fue su apuesta y formó parte de la primera generación de estudiantes que egresó de la carrera.
¿Por qué elegiste la Universidad de Santiago?
- Sabía de la Usach por su historia y tradición humanista. Me interesé por la malla curricular de la carrera que me gustó mucho y lo comprobé en la práctica. El primer año estaba ansioso por aprender. Fui ayudante de cálculo. Me gustaba este Campus donde todos estábamos juntos, vivíamos la diversidad estudiantil que te permitía interactuar con muchas personas de distintas carreras y diferentes miradas. Esa dinámica de intercambio interno fue muy enriquecedora.
Entiendo que tus padres son profesionales universitarios, profesores de básica y de música. Tu papá también es psicólogo. ¿Te interesó la docencia?
- Hice clases en la Facultad Tecnológica el 2010 durante un semestre. Fui profesor por hora en la carrera de Ingeniería en Agronegocios. Me gusta hacer clases. En mi trabajo también tengo que aplicar mucha pedagogía porque hago capacitaciones para campesinos, viajo por Chile con el tema de las cooperativas. Siempre estoy en ese rol de capacitador o profesor. En mi experiencia en la Usach pude adecuar los contenidos. Me dieron bastante libertad que me permitió innovar en algunos temas de la malla. He vuelto a la Universidad de Santiago para realizar charlas y sigo ligado al Ciescoop, como también a mi Facultad, y al Departamento de Gestión Agraria, manteniendo los vínculos regularmente. Vuelvo al menos una vez al año a hacer charlas. Me han invitado como profesor para revisar tesis.
El agro en su horizonte
Patricio estaba en tercer o cuarto año de su carrera cuando comenzó a trabajar en proyectos de la misma Universidad que se ganaban para terceros. Al egresar siguió en esa misma línea, estableciendo su empresa consultora y se relacionó con las organizaciones campesinas, porque siempre ha trabajado relacionado con la agricultura familiar campesina.“Si bien nuestro perfil profesional de Ingeniero en Agronegocios calza en una empresa agroexportadora o en una viña, siempre he trabajado con los pequeños productores y las cooperativas. En eso me especialicé también. Realicé proyectos, postulé a fondos y seguí independiente”, recuerda.
Se especializó en España en temáticas de cooperativas rurales con una beca del Ministerio de Agricultura de ese país. Luego hizo un diplomado en género, políticas públicas y derechos humanos y realizó un master online en innovación y emprendimiento otorgado por la Universidad de Barcelona.
El año 2016 ingresó a Fundación Prodemu, entidad que nació bajo el Gobierno del expresidente Aylwin, donde hoy está encargado del Programa Nacional de Mujeres Rurales, uno de los más antiguos que financia el Indap del Ministerio de Agricultura. Las mujeres del área rural postulan y durante tres años se les entrega capacitación y recursos para inversiones.
Tu formación te ha permitido alcanzar logros que proyectaste cuando te viniste a Santiago, pero entiendo que hay reconocimientos nacionales e internacionales a tu labor.
- El Mercurio y la Universidad Adolfo Ibáñez entregan un reconocimiento a cien líderes jóvenes de distintos ámbitos y me postularon a esa nómina. Me entregaron el premio el 2012 por mi aporte a la agricultura y al desarrollo social del sector rural, dentro del ámbito agrícola. No me lo esperaba. Fue sumamente gratificante. También la FAO me otorgó un año más tarde la medalla de plata por el aporte a la agricultura familiar y cooperativismo.
¿A la luz de tu trayectoria, qué papel juega la Usach en tu desarrollo profesional y humano?
- La Universidad de Santiago fue el lugar que me potenció. Agradezco a los académicos del Departamento de Gestión Agraria, en especial al profesor Luis Saez, con quien aún tengo contacto y que me llevaron a descubrir mis capacidades y expandirme en conocimientos. Adquirí habilidades blandas que no se aprenden necesariamente en la sala de clases. Formé el primer centro de alumnos de la carrera con mucho apoyo de los docentes. La Usach es diversidad y la posibilidad de intercambiar experiencia con gente de mundos distintos. La Universidad de Santiago es un oasis dentro de la educación chilena, porque sigue siendo una Universidad estatal, de calidad, bien rankeada a nivel mundial, que ayuda innovando y evoluciona de acuerdo a los tiempos. Que las carreras estén en un solo campus genera un enriquecimiento para los propios estudiantes;eso debiese traspasarse a la sociedad chilena completa, porque hace mucha falta esa mirada transversal, sin distinción social.
Patricio Nayan destaca la enorme capacidad del profesional Usach de adaptarse, de resolver problemas sobre la marcha y buscar alternativas. ”Tenemos una ductilidad que se nota. Somos aguerridos en lucha contra cualquier adversidad. Es fundamental el sello humanista que nos entrega nuestra alma máter, de pensar en el otro como un igual; más allá del cargo que tengas el usachino establece un vínculo con su equipo de manera horizontal”, concluye.
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