Fernanda era una de las tantas y tantos alumnos que en enseñanza media no tienen claro su futuro laboral. Por eso, tras dar una buena PSU se decidió a ingresar a Bachillerato en la Usach.
¿Qué visualizaste en Bachillerato Usach que los hace diferente al de otros planteles de Educación Superior?
-No se enfocaba principalmente en las Ciencias, en las Humanidades…era integral porque te enseña todas las disciplinas. Entonces, adquirí una visión más amplia de cuales podían ser mis propios intereses. Eso me llevo a conocer un grupo de personas que tenían visiones diferentes. Esa diversidad, siento que la aprecié mucho y al final fue el reflejo de lo que fui viviendo en la misma Universidad.
¿Ya al interior de Bachillerato, se perfiló de inmediato tu vocación por la psicología o hubo un proceso de mayor análisis en tu elección?
-Me gustaba más el lado humanista y tenía varias opciones enfocadas hacia el trabajo con las personas. Mis abuelos eran médicos. En primera instancia, elegí Estudios Internacionales. Estuve un año estudiando esa carrera, pero durante su desarrollo y si bien las materias son muy interesantes, me di cuenta que no estaba tan enfocado en lo que yo quería. Entonces, a final de segundo semestre fui a Bachillerato y pedí la posibilidad de incorporarme al ranking de los estudiantes de ese año y volver a postular a otra carrera. Psicología estaba dentro de mis opciones, incluso desde el colegio y quizás la estaba evadiendo porque me asustaban con que hay muchos psicólogos en el mercado laboral. Después me di cuenta que no me importaba, porque sentía que tenía esa vocación y quedé en psicología desde Bachillerato nuevamente y me gustó desde el principio. Estudié con Fondo Solidario y la diferencia la pagaban mis padres. La mayoría de mis compañeros tenían Beca Bicentenario.
¿Fue un cambio muy notorio salir del colegio e integrarte a la comunidad universitaria de la Usach?
-Para mí fue una nueva experiencia porque venía de un colegio particular subvencionado, con personas que tenían una condición económica distinta. Aquí conocí a otros compañeros con una situación distinta, con otra realidad, que me gustó mucho porque entendí el verdadero Chile. Venía de una burbuja.
Tras egresar de la carrera de Psicología, Fernanda decidió tomarse unos meses de descanso y luego comenzó a explorar el mundo laboral. Un profesor le consiguió trabajo de docente en talleres de autocuidado y trabajo en equipo en la Universidad Santo Tomás. Luego supo de una oferta laboral en la Municipalidad de Maipú, que buscaba un psicólogo organizacional. Pese a que ella es psicóloga clínica, decidió postular de todas formas, con su interés por conocer esa área.
¿Cómo lograste obtener este puesto si los requisitos eran distintos?
-La verdad es que me recibieron muy bien, porque ellos eran también titulados de la Usach. Y me dijeron si tú eres de la U de Santiago es altamente probable que seas una buena profesional y me dieron la oportunidad de aprender, de cumplir con las expectativas que tenían y sigo trabajando allí.
¿Qué significó la Universidad de Santiago para ti en términos académicos?
-Cuando me titulé pensé en un principio que no estaba lista para enfrentar el mundo del trabajo, no porque lo que me enseñaron no fuera suficiente, sino por la inseguridad que uno siente al insertarte laboralmente. Me di cuenta en mi primer trabajo que no tenía por qué sentir ese miedo, que tenía muchas competencias que la Usach me proporcionó y que me confirman que soy una excelente profesional. La Universidad me entregó muchos valores. No solo aprendí en el aula, sino al compartir con la comunidad universitaria. Aprendí de compañerismo, de conciencia social. Siento que los estudiantes de la Usach tenemos un legado histórico, que nos moviliza a ser conscientes en torno a las demandas sociales y nos hace desarrollar un pensamiento crítico que me lo llevé al campo profesional. Hoy puedo cuestionar cuando estimo que algo no se está haciendo bien y en el mismo campo de la psicología me di cuenta que puedo validar el dolor que tienen las personas frente a una sociedad que a veces es dura y genera consecuencia en la salud mental de las personas. La Universidad de Santiago marcó mi ética profesional y he sido capaces de comunicar que no estoy de acuerdo frente a situaciones particulares.
COVID y Municipalidad
Fernanda debe lidiar a diario con la pandemia desde su trabajo en Recursos Humanos en la Municipalidad de Maipú. Debe hacer turnos. El municipio no puede detener su ritmo, pese a que – muchas veces- siente temor de contagiarse
-Sabemos que estamos también arriesgando a nuestras familias, pero entendemos también que debemos seguir funcionando por los habitantes de la comuna. Hoy ya no veo tanto el clima laboral porque muchos de mis compañeros no están presentes en sus puestos de trabajo por la contingencia y turnos, pero por teléfono hago contenciones, trato de derivar cuando necesitan otro tipo de acompañamiento. Las denuncias de acoso laboral o sexual siguen atendiéndose desde mi área, que está muy activo por el apoyo a los vecinos con la entrega de las cajas de alimentos, insumos de seguridad al personal municipal. En el fondo estamos ayudando a que el resto de los funcionarios siga haciendo su trabajo. Recursos Humanos no puede desatenderlos, ni menos a los habitantes de nuestra comuna en estos momentos tan difíciles.
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